Álvaro Montes

NUTRICIONISTA. Que tu salud no te pese

¿Alguna vez, después de una dura jornada de trabajo, has parado a repostar en una gasolinera, te has equivocado de surtidor y has echado el combustible que no era?

Empiezas a notar una respuesta anómala del motor, empieza a “convulsionar”, a dar tirones hasta que finalmente se acaba parando. El resultado, una serie de catastróficas averías que acaban con el coche en la mesa de operaciones del taller.

Eso lo tenemos todos claro, y no solemos equivocarnos. Nos preocupamos mucho si echamos en una gasolinera o en otra, qué tipo de combustible, si el normal o el superior. Si ponemos este líquido refrigerante que es mejor o este aceite que aunque sea un poco más costoso, merece la pena.

Si lo tenemos tan claro con nuestro coche, y lo tratamos con tanto mimo,

¿POR QUÉ NO HACEMOS LO MISMO CON NUESTRO PROPIO CUERPO?

Probablemente porque nadie nos haya enseñado a hacerlo de la manera correcta y, además, el cuerpo humano es una máquina muchísimo más compleja que un coche, por muy moderno que sea.

Y sí, el combustible que le echemos a nuestro cuerpo es fundamental para que éste funcione de forma eficiente.

No es ÚNICAMENTE una cuestión de “verse” mejor, es una cuestión de “sentirse” mejor.

Lo diré claramente desde el principio.

Verse mejor es una CONSECUENCIA, nunca puede ser un OBJETIVO.

Porque, si tu objetivo último es puramente estético, ya te lo adelanto, es complicado que te pueda ayudar.

Ahora bien, si lo que estás buscando es:

  • Una mejora general en tu salud.
  • Una mejora o prevención frente a patologías relacionadas con la nutrición y el estilo de vida (diabetes, hipercolesterolemias, trastornos del sistema digestivo, etc..)
  • Aprender a comer más sano más allá de una razón estética.
  • Un cambio de paradigma sobre la cocina porque entiendes que comer debe ser saludable y atractivo al mismo tiempo.

ENTONCES, déjame que te siga contando.

Los amigos de los grandes retos, los que buscan pérdidas de peso agresivas e inmediatas, los que están obsesionados con el peso sin importar el camino y los efectos nocivos para la salud,

que siempre los hay, te digan lo que te digan,

y los que únicamente tienen en cuenta las cifras que aparecen en la pantalla de la báscula, va a ser difícil que pueda ayudarles, ni yo ni ningún nutricionista.

Sé, por experiencia, que este tipo de personas no van a estar predispuestas a escuchar y aprender por lo que tiene una tasa de fracaso o abandono muy alta.

Sus meses preferidos: enero, mayo y septiembre. ¿Por qué será?

Lo mismo que en cualquier faceta de la vida, el primer paso es el más complicado de dar. O estás CONVENCIDO de darlo o encontrarás cualquier pretexto antes de empezar.

  • ¿Cuántas veces has pensado que deberías comer mejor?
  • ¿Cuántas has querido dar el paso para cuidarte y el día a día te ha dado la mejor excusa para no hacerlo?
  • ¿Crees que ser una persona activa es sinónimo de estar sano, salir a correr o ir al gimnasio de vez en cuando te parece más que suficiente?
  • Quizás eres de los que te gusta presumir de que comes de todo porque en tu menú semanal tienes alguna ensalada, unas lentejas, carne, pescado, y tomas una fruta al día.
  • La nutrición es mucho más que eso. Seguramente te estés preguntando qué puedo tener yo de diferente del resto de nutricionistas con los que has trabajado (entiendo que sin resultados si estás leyendo esto).

“EL COCINILLAS”

Así me llaman, de forma cariñosa, mis amigos.

Con 17 años yo también era de los que intentaba cuidarme por puro narcisismo. La rutina del gimnasio empezaba a ocupar ya prácticamente todos los días de la semana y, aunque al principio los resultados llegaban rápido, inevitablemente, terminé por estancarme y abandonar.

No fue hasta unos años después que, teniendo que alejarme de mi casa para poder continuar con mis estudios, empecé a aprender a cocinar, por dos motivos principales:

  1. O cocinaba o no comía.
  2. Me gustaba aplicar todo lo que iba aprendiendo en el Máster de Nutrición de la Universidad de Valencia a mis propias recetas.

El trabajo de fin de Máster consistió en la redacción de un libro de recetas. Cuarenta para ser más exactos, todas realizadas a partir de productos locales y frescos.

Todas y cada una de las recetas debían cumplir dos requisitos fundamentales:

  1. Ser saludables.
  2. Ser atractivas.

El componente gastronómico/placentero estaba muy presente en cada una de las recetas del libro.

Aquella fue la semilla que creció rápidamente en los siguientes años y que se ha convertido en el elemento identificador y diferenciador a la vez, de mi trabajo.

Recetas deliciosas y sanas

Estos dos requisitos rompían con un mito fuertemente establecido en el mundo de la nutrición. El famoso “sin dolor no hay recompensa” fue expulsado para siempre de mi ideario. Mi obsesión pasó a ser la de aportar valor y riqueza a los planes nutricionales que, desde entonces, elaboro a mis pacientes.

Lo sé, el miedo paraliza. El miedo a no ser capaz, a no conseguirlo y a sufrir. Todos esos miedos son los que pretendo neutralizar con mi programa poniendo el foco en dos pilares básicos:

 

El equilibrio entre sencillez y atractivo. En contextos de mucho trabajo, reuniones etc, el paciente demanda que le faciliten la vida con recursos/ejemplos sencillos, pero sin perder ese punto de atractivo, que no se aburra.

La PERSONALIZACION. El paciente quiere sentirse identificado con su pauta, percibir que es algo SUYO y que se ajusta a su contexto real, porque eso aumentará las posibilidades de hacer las cosas mejor y que sea más sostenible en el tiempo.

 

Y así lo expresan mis pacientes:

”Llevo 1 año con Álvaro, no ha llegado el momento en el que me aburra de hacer la dieta que me indicó. Yo creo que la gran diferencia está en que comes equilibrado y rico, y sabes que estás haciendo dieta, pero no sufres haciéndola y ves resultados. No me canso de recomendarle.» Manuel

«Conozco a Álvaro desde el año 2019. En estos 4 años ha demostrado ser no solo un excelente profesional, sino un gran “psicólogo” y mejor persona. En todo momento ha sabido encontrar el camino para conseguir los objetivos fijados aún con los condicionantes que le (im)pongo para la consecución de los mismos. En todo caso el elemento realmente diferencial (al menos para mi) es el componente humano de Álvaro, que prima sobre lo demás. GRACIAS POR TODO !!» Arancha.

¿CÓMO LO VAMOS A LOGRAR?

El proceso que aplico con todos mis pacientes es el mismo, adaptado a las características y los objetivos de cada uno de ellos, y consta de tres fases bien diferenciadas.

1- Entrevista y valoración inicial

2-Elaboración y entrega del plan nutricional

3-Seguimiento

Simple, ¿verdad? Vamos a ver un poco más en profundidad cada uno de estas fases.

Entrevista y valoración inicial:

Análisis y recogida de datos para conocer en profundidad tu contexto. Parámetros bioquímicos, posibles patologías, nivel de actividad física, vida laboral/familiar, hábitos alimentarios etcétera. Cuánta más información obtenga, mejor me adaptaré a tus necesidades y objetivos.

Establecer objetivos: una vez conocido tu contexto, marcaremos juntos los pasos a seguir en el proceso. Te daré unas pinceladas básicas para arrancar con los primeros cambios hasta que recibas el plan nutricional específico con toda la documentación necesaria.

 Valoración de la composición corporal (si fuera necesario): te enseñaré a tomar medidas corporales para llevar un control más preciso de tu evolución, si alguno de tus objetivos incluye mejoras de la composición corporal.

Elaboración y entrega del plan nutricional
En un plazo de 2 a 4 días, te enviaré tu plan nutricional personalizado, que contará con una estructura bien definida para las diferentes comidas que vayas a realizar. Y otros recursos/pautas según preferencias y objetivos establecidos (modelo de menú semanal, recetas, estrategias para comer fuera de casa…).

 

Consulta de seguimiento o revisión
Incluye una revisión completa de los objetivos establecidos en la consulta anterior para valorar el progreso y además haremos los reajustes pertinentes del plan nutricional. Plantearemos nuevos objetivos si es necesario y daremos continuidad al proceso de educación alimentaria y mejora de hábitos.

Aquí realizaremos una valoración del trabajo que has hecho y teniendo en cuenta tu feedback y tus sensaciones (lo que te gustó, lo que no te gustó, cómo te has sentido, qué te ha costado más, que necesitas cambiar, etc) plantearemos los siguientes pasos a dar.

Todo este proceso para conseguir una mejora general de tu salud y, por tanto, de tu estado físico, y para que puedas volver a realizar actividades que creías olvidadas. Al final se trata de buscar una mejor relación con la comida y cambiar las viejas creencias asumiendo que comer tiene que ser atractivo y sano al mismo tiempo.

¿Qué valor supone para ti conseguir todo esto?

¿Has pensado en cómo va a cambiar tu vida?

Entiendo que el precio te preocupa, pero si lo piensas bien, el coste lo vas a poder afrontar simplemente con el ahorro que te va a suponer tener bien planificada la compra sabiendo exactamente qué tienes que comprar en cada momento, así que eso de “apretarse el cinturón” solo lo vas a notar en el sentido físico de la expresión.

Sé que sigues preocupado por el precio, pero, ¿has pensado por un momento en la tranquilidad que te va a dar no tener que estar pensando en qué preparas cada día?

Acabarás ampliando a toda la familia que verán con cierta envidia tus manjares diarios y te lo harán saber. Le pasa al 90 % de las familias de mis pacientes.

SERVICIO INDIVIDUAL:

Consulta inicial 60 euros 

Consulta de seguimiento 45 euros 

Bono de 4 sesiones (trimestral) 170 euros (ahorras 25 euros).
Incluye la supervisión continua del proceso durante 3 meses. Ideal para personas con objetivos a medio-largo plazo, como mejora global de la salud, preparación de competiciones deportivas, mejora del rendimiento etc.

Y si tu compromiso es tan grande y tu ilusión tan contagiosa que te ves capaz de “arrastrar” también a tu pareja, te mereces un precio especial.

SERVICIO POR PAREJAS:

Consulta inicial en pareja 90 euros

Consulta seguimiento en pareja 70 euros 

Bono de 4 sesiones en pareja 320 euros (ahorráis 80 euros en total, 40 por persona) 

Para ir acabando, antes de que me lo preguntes, ya te lo cuento yo.

¿No es un poco raro un servicio de nutrición sin que tengamos que vernos para hacer las distintas mediciones?

Entiendo que hay un público que necesita una relación más directa con su nutricionista, pero estamos en el S.XXI y la tecnología nos acerca. Además, como ya te he explicado, la base son tus sensaciones, cómo te encuentres, cómo te sientas y esto, por encima de los parámetros analíticos y antropométricos, es algo que vas a percibir TÚ.

Yo ya estoy sano, ¿para qué voy a necesitar un nutricionista?

Te podría dar mil razones, pero solo te daré una. Somos lo que comemos, y lo que compramos cada vez tiene menos calidad y más “añadidos” que el cuerpo no está preparado para asimilar. Ahora estás teóricamente sano pero el “veneno” actúa poco a poco. Soy de los que opino que la gran mayoría de enfermedades se podrían evitar o al menos retrasar simplemente con una correcta alimentación.

Para hacer recetas sanas puedo ver a algún cocinero de la tele.

Efectivamente, pero nunca sabrás si lo que estás metiendo al cuerpo es beneficioso para ti por tus características propias. Eso sí, seguro que te cuentan muchos más chistes que yo.

Además, no solo personalizo tus recetas, sino que podemos adaptar la pauta a seguir a cualquier contexto según tus horarios, preferencias, necesidades fisiológicas o patológicas, actividad física, etc.

¿Cuál es la frecuencia de las sesiones?

Nos veremos cada 15 días como norma general. Sin embargo, esto es algo que pactaremos de forma individualizada en consulta en función de las necesidades que requiera el proceso y las tuyas propias. A medida que vayas aprendiendo y progresando en tus objetivos, lo lógico es que espaciemos un poco más las sesiones para que vayas ganando autonomía.

Soy deportista, ¿me puedes preparar también un plan nutricional?

También estoy abierto a la asesoría nutricional para el rendimiento deportivo, porque es una rama en la que tengo mucho conocimiento y experiencia. De hecho, suelo dar formaciones para clubs o asociaciones deportivas centradas en la relación de la nutrición con el rendimiento deportivo.